Fracaso de Lucrecia Martel en Cannes con "La mujer sin cabeza"
21-V-08
La peor acogida desde el inicio del festival sufrió este miércoles en Cannes la segunda cinta argentina presentada en competencia, "La mujer sin cabeza", en una jornada en la que la mayor parte de la atención está centrada en el estreno simultáneo de "El argentino" y "Guerrilla", el díptico de Steven Soderbergh sobre la vida revolucionaria de Ernesto Guevara, que se ha terminado a toda velocidad y hasta apenas horas antes de su proyección se le estaban añadiendo los subtítulos.
Se puede discutir si "La mujer sin cabeza / la mujer rubia", de la argentina Lucrecia Martel, coproducida por Argentina, Francia, España (los hermanos Almodóvar) e Italia, es la peor película en el concurso por la Palma de Oro. Personalmente pensamos que no, pero si nos fiamos de la reacción del público -mayoritariamente periodistas y algunos profesionales de la industria- habría que considerar ese calificativo, después de los primeros abucheos escuchados este año en el Palais.
Como otras recientes películas argentinas que han poblado el circuito de festivales, y en algunos casos con premio, "La mujer sin cabeza" es una historia donde se explica poco, se habla menos y no pasa casi nada, o lo que pasa se resume en un par de frases. Martel ha querido insistir en los motores dramáticos de su hasta el momento corta pero muy personal carrera: incomunicación, ambientes claustrofóbicos, críticas a una burguesía provinciana y decadente... Todo ello requiere de una cierta participación del público, que debe haber el esfuerzo mental de rellenar los huecos que pueblan sus guiones con sensaciones propias. Tal vez eso sea mucho pedir para una audiencia como la de Cannes, que ya da clara muestras de cansancio después de una semana ininterrumpida de proyecciones, ruedas de prensa, colas, carreras y algún que otro "sarao" nocturno.
El resultado práctico es que esta historia sobre una mujer de mediana edad y clase acomodada que cree haber atropellado a alguien con su coche aburrió y provocó sonoras protestas en su primer pase de prensa. Las críticas tampoco han sido buenas.
"Pienso que hay películas que más fácilmente se pueden compartir con personas de otros lugares y ésta en particular tiene su complejidad. No todo es traducible completamente", dijo en su descargo Martel en la rueda de prensa. La realizadora salteña, quien tiene ya en marcha un guión basado en el comic clásico argentino "El Eternauta", en el que contará de nuevo con la complicidad de los Almodóvar, explicó sobre su inspiración: "Yo tuve unos cuantos accidentes y... la mejor metáfora de la medicina popular que me parece traduce esto del personaje es que en una situación violenta, el alma se desprende del cuerpo para protegerse. Después hay todo un tratamiento para recuperar el alma. Yo tuve este problema y no lo hice completamente".
© E.E. (Cannes)- NOTICINE.com / Foto: Reuters
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La peor acogida desde el inicio del festival sufrió este miércoles en Cannes la segunda cinta argentina presentada en competencia, "La mujer sin cabeza", en una jornada en la que la mayor parte de la atención está centrada en el estreno simultáneo de "El argentino" y "Guerrilla", el díptico de Steven Soderbergh sobre la vida revolucionaria de Ernesto Guevara, que se ha terminado a toda velocidad y hasta apenas horas antes de su proyección se le estaban añadiendo los subtítulos.
Se puede discutir si "La mujer sin cabeza / la mujer rubia", de la argentina Lucrecia Martel, coproducida por Argentina, Francia, España (los hermanos Almodóvar) e Italia, es la peor película en el concurso por la Palma de Oro. Personalmente pensamos que no, pero si nos fiamos de la reacción del público -mayoritariamente periodistas y algunos profesionales de la industria- habría que considerar ese calificativo, después de los primeros abucheos escuchados este año en el Palais.
Como otras recientes películas argentinas que han poblado el circuito de festivales, y en algunos casos con premio, "La mujer sin cabeza" es una historia donde se explica poco, se habla menos y no pasa casi nada, o lo que pasa se resume en un par de frases. Martel ha querido insistir en los motores dramáticos de su hasta el momento corta pero muy personal carrera: incomunicación, ambientes claustrofóbicos, críticas a una burguesía provinciana y decadente... Todo ello requiere de una cierta participación del público, que debe haber el esfuerzo mental de rellenar los huecos que pueblan sus guiones con sensaciones propias. Tal vez eso sea mucho pedir para una audiencia como la de Cannes, que ya da clara muestras de cansancio después de una semana ininterrumpida de proyecciones, ruedas de prensa, colas, carreras y algún que otro "sarao" nocturno.
El resultado práctico es que esta historia sobre una mujer de mediana edad y clase acomodada que cree haber atropellado a alguien con su coche aburrió y provocó sonoras protestas en su primer pase de prensa. Las críticas tampoco han sido buenas.
"Pienso que hay películas que más fácilmente se pueden compartir con personas de otros lugares y ésta en particular tiene su complejidad. No todo es traducible completamente", dijo en su descargo Martel en la rueda de prensa. La realizadora salteña, quien tiene ya en marcha un guión basado en el comic clásico argentino "El Eternauta", en el que contará de nuevo con la complicidad de los Almodóvar, explicó sobre su inspiración: "Yo tuve unos cuantos accidentes y... la mejor metáfora de la medicina popular que me parece traduce esto del personaje es que en una situación violenta, el alma se desprende del cuerpo para protegerse. Después hay todo un tratamiento para recuperar el alma. Yo tuve este problema y no lo hice completamente".
© E.E. (Cannes)- NOTICINE.com / Foto: Reuters
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