14-VII-08
Después de varias semanas de angustiosa espera tanto para los padres como para centenares de fotógrafos, camarógrafos y reporteros del mundo entero, nacieron por cesárea los gemelos Knox León Jolie-Pitt con 2,270 kilos de peso y su hermana Vivienne Marcheline, con 10 gramos más en la clínica Santa María, Niza, donde la madre, Angelina Jolie y su pareja, Brad Pitt, se habían registrado desde principios de julio.
Esta es para muchos, una de las principales noticias del año y fue suministrada por dos medios: el diario Nice-Matin que se adjudicó una primicia mundial, y el ginecólogo de la actriz, Michel Sussman quien fue breve, directo y tranquilo.
Lo cierto es que la famosa pareja no había salido de Francia desde abril, cuando alquiló un pequeño palacio en la localidad vinícola de Correns, en Provenza, a donde llegaron con sus tres hijos adoptivos (Maddox, de Camboya; Pax Thien, de Vietnam; y Zahara Marley, de Etiopía) y su hija biológica Shiloh. Luego los dos actores asistieron al festival de Cannes donde ella apareció hermosa, sonriente y enorme con su embarazo. Para los habitantes de Niza, en la Costa Azul francesa, encabezados por el alcalde que se la pasa enseñando el certificado de nacimiento de los bebés a todo el mundo, este es uno de los grandes acontecimientos en la vida de su pequeña comunidad.
Las fotos, por supuesto, fueron vendidas en 11 millones de dólares a una revista de Estados Unidos, suma que será donada a una organización humanitaria.
Angelina Jolie se convierte de nuevo en protagonista de la noticia del día, mientras sostiene sus carreras de actriz, modelo, empresaria, embajadora de buena voluntad y productora que durante los últimos años se ha mantenido como personaje favorito de todos los medios, aún los que nunca quieren pecar de frivolidad.
Es que al icono que muestra con sensualidad, irreverencia y agresividad esa boca gruesa y sugerente, esos senos generosos, esas manos delgadas y largas, y esas piernas interminables hay que concederle otro elemento para su imagen.
Ella, como ninguna otra actriz en la actualidad, es la madre universal; la que, no feliz ni satisfecha con los hijos propios, tres, ha adoptado otros tres niños para completar hasta ahora un número de pequeños que convierte su hogar en una variación de las Naciones Unidas, organismo para el cual ella atraviesa el mundo entero en busca de respuestas a los dramas que sacuden.
Angelina Jolie Voight (este apellido no lo usa, como rechazo al padre, el actor Jon Voight que la abandonó cuando pequeña), nacida el 4 de junio de 1975 en Los Angeles, ha ido conformando su familia así: adoptó un niño de Camboya, Maddox (con su marido de entonces, el actor y director Billy Bob Thornton) y una niña refugiada de Etiopía, Zahara; con su actual pareja (no se han casado todavía) el actor y productor Brad Pitt, tuvo una niña, Shiloh, hace dos años y adoptaron un niño vietnamita, Pax.
Todos se emocionaron cuando, varias semanas atrás, mientras leía un discurso sobre política y educación en Irak ante una rueda de prensa convocada por Naciones Unidas, interrumpió brevemente la lectura para contar a los presentes: “De repente, he sentido las patadas de ambos, es un momento muy especial en nuestras vidas”. Y siguió hablando de su nueva iniciativa, una Asociación para ayudar a la educación de los niños cuando sus países estén en conflicto, como Irak, denominado “Education Partnership for Children of Conflict”.
Lo curioso es que los tres niños adoptados corresponden a sendos viajes realizados por la actriz a Vietnam, Camboya y Etiopía (para rodajes o misiones de la ONU) durante los cuales los conoció, se fascinó y conmovió con ellos, y adelantó los trámites que le permitieron adoptar, sola o con marido, esos hijos que ahora comparten con sus otros hermanos.
Los niños han sido blindados con el más formidable sistema de protección, no solo en los alrededores del rancho que la familia tiene en Texas, sino en sus apartamentos en ciudades de Estados Unidos y Europa. Vigilancia electrónica, uso casual de helicópteros y lanchas que patrullan en busca de paparazzis escondidos entre los árboles, y el remedio más eficaz para librar a los pequeños del acoso de la prensa: cargarlos en todos los viajes que ella emprende a lejanos sitios del mundo, sola o acompañada por Pitt, en asuntos personales, de la ONU o en rodajes de ambos.
Quienes asisten a esos viajes cuentan cómo en los sitios de filmación instalan varios trailers, vehículos y tiendas, además de habitaciones en los mejores hoteles cuando están disponibles para Jolie tenga a la mano toda su familia.
Pocas vidas tan escandalosas, agitadas, controvertidas y muy personales como la de esta mujer, escogida durante varios años como favorita de millones de hombres en el mundo, “para pasar una noche” o una de las más sensuales de los últimos años para los lectores de revistas populares. O una de las más perseguidas, si acaso la más acosada, por los fotógrafos enloquecidos con la belleza salvaje de una actriz que tiene medio centenar de títulos en su carrera.
Hija de actores (su madre, Marcheline Bertrand, fue alumna de Lee Strasberg), a los 14 años ingresó a la academia del mítico director, luego a la escuela de cine de la Universidad de Nueva York y más tarde al Met Theatre Group en Los Angeles, de donde desertó para convertirse en modelo de famosos fotógrafos y directores de videos musicales, trastornados con la belleza salvaje que tiene sangre checa, franco-canadiense, indígena e inglesa.
Solo hasta el año pasado algunos críticos comenzaron a tomarla en serio, gracias a su personaje dramático de “Todo corazón”, la historia de Marianne, una mujer valiente que lucha para salvar a su esposo periodista, Daniel Pearl, de las manos de los fundamentalistas en Pakistán. Esa actuación le valió una nominación en los Globos de Oro.
No era la primera vez que su trabajo merecía una distinción. Ganó el Oscar secundario en 2000 por su personaje desquiciado y agresivo en “Girl, interrupted”; ha sido nominada dos veces al premio de la Academia de Cine de Ciencia Ficción, Fantasía y Horror por “Sky Captain” y “Lara Croft, Tomb Raider”; ha ganado dos veces el premio de la actriz favorita de la cadena Blockbuster por “60 segundos” y “Girl, Interrupted”; nominada dos veces al Emmy por “Gia” y “George Wallace”, trabajos para televisión; ha recibido el Globo de Oro en tres ocasiones por “Girl, Interrupted”, “Gia” y “George Wallace”; ha ganado premios en festivales de Santa Bárbara, Hollywood y Los Angeles; en los curiosos premios otorgados por el canal MTV, fue nominada por el mejor beso en “Mr & Mrs Smith” y ganó por la mejor pelea con Brad Pitt en la misma película.
En los premios otorgados por el sindicato de actores, ganó dos veces con “Gia” y “Girl, Interrupted”, y fue nominada por “Todo Corazón”, película que presentó en numerosos festivales europeos y norteamericanos. Y en los premios Razzie, otorgados a los peores actores de Hollywood, ha sido nominada todos los años desde 2002 hasta completar siete nominaciones y un premio como la peor de las peores en 25 años de historia de esos premios otorgados por universitarios. Cuando le han comentado sobre esas distinciones, ha sugerido con una sonrisa triple que consulten la taquilla de esas mismas películas condenadas.
Todos los actos, todos los gestos, todas las decisiones de su vida, privada o pública, han estado marcados por las excentricidades, lo insólito, lo escandaloso y, por supuesto, lo relacionado con el sexo y las relaciones ambiguas. Cuando se casó con su primer marido, el actor Johnny Lee Miller, compañero en “Hackers”, 1995, se cortó un brazo, untó uno de sus dedos en sangre, y escribió en la camisa que llevó a la boda el nombre del amado. Cinco años después se separaron.
Se casó entonces con un hombre veinte años mayor que ella, con cuatro matrimonios fracasados y una carrera en pleno ascenso, el actor Billy Bob Thornton. Duraron dos años juntos pero ostentaron siempre una ampolla con la sangre del otro, colgando del cuello. El divorcio coincidió con la censura pública que Jon Voigth lanzó contra la hija en varias revistas, pidiéndole que fuera más decente y recatada, menos escandalosa. El lector podrá imaginarse cómo sería la respuesta de la hija.
En 2001 se convirtió en la actriz más popular con el estreno de una aventura tomada de un video juego, “Lara Croft, Tomb Raider” que le sirvió a la actriz para esculpir su cuerpo, lanzarse a los peores peligros y ayudar a recaudar más de 300 millones de dólares en taquilla, convirtiéndose en la heroína favorita de los espectadores más jóvenes. Millones de espectadores quedaron impactados con el hermoso cuerpo de la actriz lanzándose con cuerdas, exhibiendo su piel morena, sudorosa y excitante mientras nacía un de las franquicias más exitosas.
Mientras filmaba en Camboya conoció los campos de refugiados, denunció su situación, adoptó a Maddox y fue nombrada por la ONU como su embajadora voluntaria. Además publicó un libro personal, “Notas sobre mis viajes”, que se vendió muy bien. Las ganancias fueron cedidas a la ONU. En una de esas giras a favor de los refugiados, estuvo en Ecuador donde dialogó durante varias horas con desplazados colombianos.
Quienes criticaron lo que parecía una pose publicitaria a favor de los miserables de Asia y el mundo, se llevaron una sorpresa al descubrir que Jolie no se gasta el sueldo en joyas ni extravagancias, sino que lo reparte así: ahorra una tercera parte; otra parte igual para sus gastos domésticos y el resto lo entrega a obras sociales y humanitarias.
En 2004 la vida le cambió profundamente al filmar la comedia de aventuras y acción, “Mr & Mrs Smith” con el actor Brad Pitt. Por supuesto, las escenas de peleas, romance y suspenso entre los dos hermosos personajes desataron todos los chismes posibles, y a las pocas semanas de rodaje ya se hablaba de un romance entre una mujer soltera y un marido que en casa tenía a la bella Jennifer Aniston.
Jolie encaró a la prensa y soltó una frase memorable: “No haré sufrir a Jennifer lo que mi madre sufrió a manos de mi padre por culpa de su infidelidad”. Y agregó, sin sonrojarse: “No me interesan los hombres casados, los hombres ajenos”.
Para corroborar sus palabras, Pitt y Aniston se divorciaron varios meses después, y desde entonces Jolie y Pitt amenazan con casarse cualquier día de estos. Mientras, tuvieron una niña, adoptaron el chico vietnamita y a estas alturas ya están encantados con sus gemelos. Los tres niños adoptados recibieron el apellido de Pitt.
En numerosas ocasiones se ha especulado con la vida sexual de Jolie. La presencia de la modelo Jenny Shimizu en distintas etapas de su vida ha servido para desmentir versiones sobre una ruptura entre las dos mujeres; la obsesión de la actriz con su hermano James Haven a quien acaricia impúdicamente en lugares públicos, especialmente en algunas premieres en Los Angeles, ha provocado estampidas de fotógrafos y en numerosas ocasiones, ambos han desmentido supuestas relaciones incestuosas.
Pero, lo que enloquece a la gente alrededor del mito de Jolie se relaciona con la docena de tatuajes que ostenta o esconde en los lugares más curiosos de su hermoso cuerpo. En el brazo izquierdo, por ejemplo, dice: “Recemos por los salvajes de corazón, atrapados en ataúdes”, una cita de Tennesse Williams; en el mismo brazo tiene una enorme H, por su hermano y por Timothy Hutton, su novio juvenil. Ahora dice que la letra es por el primero. Otro tatuaje con el nombre de Billy Bob Thornton fue cubierto por las coordenadas geográficas de los países de donde provienen sus tres hijos adoptivos.
Los tatuajes abarcan de todo. Desde el signo japonés de la muerte, pasando por dos símbolos de los indios norteamericanos, en negro, hasta una cruz enorme. Atravesando su hermoso estómago, esta sentencia, en latín: “Lo que me alimenta, me destruye”. Los tatuajes que solo sus más cercanos conocen, son inaccesibles para los mortales: en las ingles, entre las nalgas y los pies, los cuales no muestra a nadie porque dice que son feos, los pies.
Esa es la super madre, la que convirtió su hogar en una sucursal de las Naciones Unidas; la actriz que recibe 20 millones de dólares por película; que era despreciada por los críticos hasta el año pasado cuando filmó “Todo corazón”; que llora cuando Dumbo aprende a volar; que adora la música de Madonna, Elvis, Sinatra, The Clash, Matchbox Twenty; que fue elegida por una asociación de televidentes como “La más caliente entre las calientes”; que tiene varias serpientes como mascotas; la que los lectores de revistas populares en todos los idiomas escogen cada año como la más bella, o la más sensual, o la más erótica, o la más deseable, o la más de cualquier categoría; la que todos los años es nominada a los premios Razzie de peor actriz (Ella se queja y pregunta cuándo podrá ganar el trofeo); la que obliga a los productores de sus películas de acción a fabricarle armas especiales porque es zurda; la que vendió las fotos del parto de su hija Shiloh en 4 millones de dólares que luego donó a obras de caridad.
Esta súper madre tiene una explicación para sus tormentosos años juveniles: “Cuando eres joven y te gusta beber y te gusta la cama y tienes cuchillos, tiene que saltar la mierda”. Y sigue saltando. Mientras, hay que verla en “Se Busca”, sobre todo en los primeros minutos.
© Alberto Duque López-NOTICINE.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario