13-II-08
La cantante Madonna y su primera cinta como realizadora, cerca de cumplir los 50 años y tras una poco afortunada carrera como actriz, han sido los grandes protagonistas este miércoles del Festival de Berlín, pese a que "Filth and Wisdom" se presentaba fuera de concurso en el apartado Panorama. Mientras, en la competencia, cine correcto que no ha levantado pasiones, con las cintas "Caos calmo", del italiano Antonello Grimaldi; "Kabei" (Nuestra madre), del japonés Yoji Yamada, y "Lady Jane", del francés Robert Guédiguian.
Puede que sea difícil diversificar un talento en los escenarios musicales, y a la vez delante y detrás de la cámara, ya sea en la realización o la producción, y puede también que una parte de la crítica tenga tendencia a recibir de uñas las películas de grandes estrellas del espectáculo. El año pasado ocurrió con la cinta de Jennifer López "Bordertown", descabezada aquí, y en esta 58 edición se ha dado la misma desconfianza ante el debut como realizadora de la también cantante Madonna. Sin embargo, después, las reacciones han sido dispares, aunque no podríamos decir que mayoritariamente entusiastas.
De entrada, es obvio que "Filth and Wisdom" (Suciedad y sabiduría) es una película de Madonna, muy de Madonna, no sólo por incluir su música, sino también varias de sus referencias estéticas, las más importantes el sado-maso y la dominación. A esta "profesión" se dedica precisamente el protagonista principal de su cinta, Andriy Krystiyan, un emigrante ucraniano que cree ser filósofo y poeta, aspira a convertirse en estrella de la música pop pero para ganarse la vida en Londres se dedica a -disfrazado de mujer- someter por el dolor y el placer a reprimidos hombres casados. El y sus dos compañeras de apartamento componen el trío de peculiares personajes bohemios, sin que haya una historia muy definida para ellos.
Este casi largometraje (81 minutos), presentado en la no competitiva sección Panorama, fue la estrella de la jornada en Berlín, y la rueda de prensa de Madonna, tras dos días de desierto estelar o glamouroso, volvió a causar tumultos y sala a reventar, con gran parte de los periodistas fuera por falta de aforo. La diva exigió que no se tomaran fotos durante su encuentro con los medios y no pasó ni 24 horas en la capital alemana.
"Caos calmo" juega con el surrealismo para contarnos la historia de un hombre de mediana edad que pierde repentinamente a su esposa y queda solo con la hija de ambos. Entonces decide quedarse en la plaza frente a su colegio mientras ella asiste a clases en lugar de ir a trabajar a la oficina. Diferentes historias paralelas coinciden en la trama, que tiene parte del humor de Nanni Moretti (quien además de notable protagonista es uno de los varios guionistas), pero se dispersa en tonos desiguales, situaciones de dudosa credibilidad, escenas gratuitas y una banda sonora molesta y torpe. Podría decirse que lo es también la realización de Antonello Grimaldi. Pese a todo, algunos aplausos rubricaron su proyección ante la prensa en Berlín.
En "Kabei" (Nuestra madre), Yoji Yamada, uno de los cineastas nipones contemporáneos más accesibles y estrenados en Occidente, abandona su previa dedicación a las historias de samurais para narrar un drama familiar pacifista que se desarrolla en el Japón de los años 40, cuando la plácida vida diaria de una familia se quiebra al ser encarcelado el padre por motivos políticos, y quedar la madre en solitario como sostén de sus hijas poco antes de que el imperio del sol naciente entre en guerra con Estados Unidos. La cinta tuvo una acogida mixta, sin pasiones, y Yamada destacó que las muchas historias relacionadas con los años del militarismo nipón y la II Guerra mundial apenas han llegado a la pantalla y casi no se recuerdan, a riesgo de "volver a repetirlas".
Finalmente, la competencia berlinesa del miércoles se completó con lo nuevo de Robert Guédiguian, quien ante el creciente desinterés del público por sus dramas o comedias de fuerte contenido social se introduce ahora con "Lady Jane" en el terreno del "film noir", por supuesto siempre con su actriz fetiche, Ariane Ascaride. Se trata de la historia de tres amigos que en los años 60, cuando los Rolling Stones cantaban el tema que dá título al film, se dedicaban al hurto. La desgraciada muerte de un joyero durante uno de sus delitos provoca el final de sus actividades y su separación física para intentar que el asunto se olvide y nadie los vuelva a relacionar. Sin embargo, tres décadas después, la única mujer del grupo sufre el secuestro de su hijo, e -incapaz de reunir por sí misma el dinero del rescate exigido- recurre a sus viejos cómplices para que la ayuden.
© F.Sifferlé (Berlín)-NOTICINE.com
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