Estreno mexicano: "Llamando a un ángel", una comedia negra sobre el amor 14-II-08
En coincidencia con el Día de San Valentín, donde los enamorados encuentran una excusa más para celebrar el amor y el resto padece el exceso de productos especialmente ideados para la fecha, el cine mexicano estrena "Llamando a un ángel", opera prima de Pancho Rodríguez, Héctor Rodríguez y Rodolfo Guzmán, ganadora del Premio del Público en el Festival de Cine de Guadalajara el año pasado, que sin embargo no es precisamente una historia de amor color rosa.
"Llamando a un ángel" es una comedia romántica tratada desde un punto de vista negro y divertidamente pesimista, según indican sus responsables. La historia se inicia a partir de una llamada telefónica equivocada, que une a tres personajes que no se conocen entre sí pero que responden al mismo nombre: Ángel Flores Fuentes, quienes, confundidos por el desesperado mensaje de amor que reciben, toman decisiones que modificarán irremediablemente su vida.
Los directores han narrado la historia a través de tres capítulos, que presentan cada uno de ellos un estilo visual distintivo. El primero es La ciudad doliente, del cual explican los realizadores: "Se ocupa de reflejar la sordidez de una urbe caótica donde Ángel Flores Fuentes, un solitario maestro de Lógica, recibe el mensaje de una mujer enamorada y la confunde con Ivette, una coqueta estudiante que le ha llevado a romper la ética desde hace meses. El concepto visual de La ciudad doliente acude a la imagen monocromática, deslavada, fría y de grano reventado, ideal para reflejar la existencia autómata de esa monumental preparatoria agonizante o las torres de los condominios de segunda mano que apilan inquilinos inconformes. Prisiones absolutas de bajos instintos que perecen ante el domo de un cielo contaminado". Ello se acompaña con cámara en mano para enfatizar el desequilibrio de sus personajes, logrando imágenes inestables, que beben de fuentes como el anime, la violencia del cine Japonés y el humor oscuro del cómic “Tales From the Crypt” de William M. Gaines.
La segunda parte, El eterno sufrimiento, "explora un elitista fraccionamiento alejado de la urbe, elegante jaula de oro donde Fátima, una arribista mujer que vive inconforme al lado de su millonario esposo, decide cumplirse el capricho de localizar nuevamente a quien fuera el hombre de su vida cuando en su panfletaria juventud ella militaba como anarquista de café: el 'revolucionario' Ángel Flores Fuentes". Aquí se opta por mostrar "decorados carentes de toda identidad fotografiados con grandes angulares, donde la blancura de los muros y los muebles se extiende hasta el infinito en imperceptibles movimientos de cámara", un universo que se irá degradando "a medida en que la protagonista regrese a los lugares de su pasado". Melodrama y crítica social se dan la mano.
Por último, en La gente condenada, "el absurdo toma por asalto al surrealista paisaje rural de un desierto perdido, ruta marcada por el joven Ángel Flores Fuentes, fotógrafo de bodas y amante novato, quien tras la llamada emprende un viaje para localizar a Eva, una castrante ex pareja con quien sostuvo la más enfermiza de sus relaciones y que ahora vive al lado de Joel, su marido, en un rancho olvidado". La estética de este capítulo "aprovecha las posibilidades que ofrecen el contraste y el claroscuro" para acompañar una cámara inquieta que se nutre del humor de "la comedia de enredos inglesa, el cinismo de Dashiell Hammet, la ironía del cine negro y la crueldad de algunos cuentos de amor de Enrique Serna, Baudelaire y Jorge Luis Borges".
Julio Bracho, Sherlyn, Eduardo España, Monica Dionne, Marco Treviño, Luis Felipe Tovar, Patricia Llaca y Pablo Abitia protagonizan esta cinta, que desembarca de la mano de Buena Vista International con 150 copias.
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