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HOLLYWOOD

Richard Widmark: Adiós al último gran "malo" de la pantalla

27-III-08

Murió el pasado lunes, olvidado desde hacía mucho tiempo en las agendas de productores y responsables de "casting", pero Richard Widmark fue durante años imprescindible referencia en el cine negro o el western. A él debemos algunos de los más sobresalientes malos de este primer siglo del cine, fríos, tortuosos psicópatas, falsos en ocasiones... Widmark les supo aportar credibilidad y vericuetos dramáticos. Por todo ello, el Séptimo Arte está aún en deuda con el venerable anciano que dejó de existir placidamente a los 93 años en Roxbury (Connecticut). Quizás era el último superviviente de un Hollywood añorado por la mayoría.

Widmark nació en Sunrise (Minnesota), un 26 de diciembre de 1914. Sus ancestros eran campesinos suecos, y su padre tenía una tienda. Estudió en las universidades de Princetown y Lake Forest, y llegó a dar clases como profesor en la segunda durante dos años, a partir de 1936. Se trasladó a Nueva York, donde trabajó en la radio, antes de debutar en los escenarios teatrales, en 1943. Cuatro años después, pasó a la pantalla grande.

Su primer trabajo para el cine marcaría el futuro de su carrera. En "El beso de la muerte" (1947), de Henry Hathaway, era un asesino psicópata que llegaba a empujar a una anciana en silla de ruedas por una escalera. La interpretación de Widmark mereció una nominación al Oscar, y desde ese momento, los estudios le adjudicaron papeles de hombre duro a un lado o al otro de la ley.

Durante diez años siguió trabajando simultáneamente para teatro y cine. En la pantalla actuó con los más grandes: además de Hathaway, Robert Siodmark, William Wellman, Jules Dassin, Elia Kazan, Mankiewicz, Sam Fuller, Edward Dmytryck, John Ford... El "thriller" y el western fueron los géneros favoritos, y los títulos claves en su carrera de más de 55 años de cine "Pánico en las calles", "Niebla en el alma", "El Alamo", "Dos cabalgan juntos", "Vencedores y vencidos", "La conquista del Oeste", "El gran combate", "Asesinato en el Oriente Express", "Coma"... Su última interpretación fue la de un senador en "True colors" (1991).

Desde mediados de los años 80, los directores se olvidaron de él, y Widmark tampoco puso mucho de su parte por promocionarse, alejándose de la vida social de Los Angeles. En su casa de campo, acompañado de amigos escritores, contempló el cine actual con escepticismo. A la vez elogiaba a antiguos compañeros de profesión, como Spencer Tracy, y criticaba a las estrellas más recientes, sobre todo a aquellas que han triunfado gracias a sus músculos, al estilo Schwarzenegger o Stallone. El cine había cambiado mucho, y Richard Widmark no echaba de menos el trabajo.

Fue uno de los "malos" más populares del cine durante más de 45 años, pero no echó de menos las cámaras y se recluyó voluntariamente en su casa de campo de Connecticut, junto a su esposa, la guionista Jane Hazelwood (con quien contrajo matrimonio en 1942). Alguna vez dijo: "Quien quiera algo de mí, puede visitarme en mi granja, siempre que me traiga una oferta para trabajar en una película".

© J.A.-NOTICINE.com

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