Por Alberto Duque López
En plenas vacaciones escolares en Latinoamérica llegó el estreno de “El increíble Hulk”, cinco años después de la primera, intimista y frustrada versión del mismo personaje realizada por el director Ang Lee, quien no solo fracasó con una película desigual que no gustó ni siquiera a los críticos, sino produjo decepción para la taquilla y empujó a sus creadores, Marvel, a retomar todos los proyectos relacionados con sus miles de super héroes y convertirse en estudio con absoluto control de sus películas.
Esta nueva versión que en su primer fin de semana recaudó 55 millones de dólares en Estados Unidos y Canadá, recrea con otra mirada las duras experiencias del personaje, con un director muy experto en escenas llenas de acción, explosiones y muertos, Louis Leterrier (realizó las estupendas películas de “El Transportador”), y un reparto encabezado por uno de los mejores actores actuales, Edward Norton, acompañado de la hermosa Liv Tyler, William Hurt como su enloquecido padre militar y Tim Roth como el villano convertido en La Abominación.
Pocos héroes tan amados por millones de personas en el mundo entero como Hulk, quizás por la tragedia que vive, quizás por la resistencia y fuerza que despliega, quizás por sus accidentadas relaciones amorosas. Creado por el escritor Stan Lee y el artista Jack Kirby, el personaje debutó en mayo de 1962 en una serie de Marvel Comics. Lee cuenta que acababa de escribir la primera de varias revistas para Marvel con un grupo llamado Los Cuatro Fantásticos y buscaba un héroe que no fuera bonito, alguien totalmente diferente e incomprendido. Se le ocurrió que sería divertido crear un monstruo que fuera bueno.
También apeló a otros personajes favoritos de su infancia y combinó Jekyll y Hyde con la criatura de Frankenstein y obtuvo el monstruo deseado, que era bueno pero nadie lo sabía, alguien que podía cambiar de hombre normal a un monstruo y así nació la leyenda. Lee y Kirby crearon al doctor Bruce Banner, un físico nuclear transformado para siempre por un accidente durante las pruebas de una bomba experimental que expuso a su cuerpo a radiaciones gama, y quien cuando se enoja mucho, gracias a la adrenalina que produce se transforma en el temible Hulk, una brutal amenaza para la sociedad, que aprende a usar sus poderes para ayudar a los débiles y desvalidos. Banner pasa el resto de su vida batallando para controlar la furia de su otro yo y hacer el bien como el Hulk.
A pesar de que la tira cómica fue cancelada en marzo de 1963 después de seis números, Hulk apareció como invitado en Los Cuatro Fantásticos #12 y, poco después, se convirtió en uno de los primeros miembros de The Avengers, apareciendo en los dos primeros números de la famosa serie. Dos años después, apareció junto a Giant-Man en Historias Asombrosas (#59), protagonizando su propio relato en el siguiente número. Para 1968, la popularidad del personaje había crecido mundialmente y se apoderó del libro Tales to Astonish que rebautizaron The Incredible Hulk. La revista continuó hasta el número 474 cuando terminó su publicación, en 1999.
Rápidamente se volvió a lanzar al mercado en una nueva serie titulada The Hulk. Con la edición #12, el título cambió de vuelta a The Incredible Hulk y todavía continúa como una de las más prominentes en la biblioteca actual de Marvel. Durante todos estos años el público se ha fascinado con Bruce Banner y Hule, dos facetas del mismo hombre, los extremos del yo y el super-ego que según Freud nos controlan a todos. Lee explica que resulta divertido que el monstruo y el hombre se odien. Banner no quiere convertirse en el monstruo y busca curarse. El monstruo piensa que Banner es un pusilánime y quisiera no tener que regresar a serlo Y su batalla ha durado décadas bajo la mirada fiel de sus seguidores.
Durante su carrera como personaje de Marvel, Hulk ha tenido varias encarnaciones, ha cambiado de gris a verde y tomado alias como Annihilator y Joe Fixit, Green Scar y Green Goliat pero siempre vinculado a un científico confundido por su destino y los dos han vivido una relación constante y volátil. Quince años después de su presentación, surgió una serie de televisión para CBS producida por Universal. En 1977, se comenzó a filmar el programa The Incredible Hulk protagonizado por Bill Bixby como David Banner y un joven culturista llamado Lou Ferrigno como el Hulk. La serie se estrenó en marzo de 1978, fue un enorme éxito hasta 1982. Seis años después la cadena produjo tres películas para televisión a finales de los ochenta. En 2003, el director Ang Lee presentó su propio Hulk
Esta nueva versión quiere recuperar el espíritu de la serie de televisión, o sea, la lucha de Banner como un fugitivo que busca desesperadamente dominar la bestia que vive dentro de sí. Frecuentemente usa el poder de esa criatura para proteger a los inocentes que conoce en su travesía hacia la redención, convirtiéndose en un héroe a regañadientes. Mientras huye de la maquinaria militar que quiere utilizar sus poderes, se ve obligado a apoyarse en el lado oscuro de su personalidad. Son los elementos que han hecho que el público se identifique con el personaje durante cinco décadas, regresando a las raíces de la tira cómica y la serie de televisión. Es claro que no es un personaje que se cambia de ropa y salva el mundo. Es más, pocas veces decide cuando se convierte en el Hulk. Busca una forma de curarse pero los malos nunca lo dejan en paz.
El actor escogido, Edward Norton, se comprometió tanto con el proyecto que colaboró en el guión y cuando el estudio quiso convertir la película en una historia de acción, se opuso, se enfrentó a los productores y logró, al menos, que la esencia del personaje no quedara en una simple película de aventuras. Por supuesto, después tanto Norton como el estudio y el director hablaron solo de “diferencias de trabajo”.
Aquí está la que puede convertirse en uno de los grandes éxitos del año, una película que comienza cuando Banner está en Brasil, intentando llamar poco la atención y trabajando en una embotelladora mientras continúa su interminable búsqueda de una cura. Cuando el General Ross descubre su paradero, Banner nuevamente huye viajando a lo largo de América Latina y la costa este de Estados Unidos hasta llegar a Harlem.
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