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"Encarnación": La vulnerabilidad y la grandeza de la mujer que actúa

6-VI-08

Este viernes se estrena en España "Encarnación", la segunda realización de la argentina Anahí Berneri, quien llamara la atención con su opera prima con historia "gay" y masoquista "Un año sin amor". En este nuevo y no tan polémico drama, la cineasta explora los sentimientos de una otrora "sex symbol", que en su madurez intenta salir a flote profesional y sentimentalmente. El film reveló internacionalmente a Silvia Pérez, una ex vedette de vida no muy diferente al personaje que interpreta.

"Soy actriz", así es como se ve a sí misma Erni Levier (Silvia Perez). Sabe que sus mejores años ya han pasado. Claro que escucha comentarios como "¿No era ella la que...", y "¿No apareció una vez en...", comentarios que la gente susurra a sus espaldas. En su apartamento de Buenos Aires recubierto de pósters de películas de serie B que ella protagonizó como vedette, lleva una vida sorprendentemente normal, tiene una feliz y cómoda relación con un hombre de mediana edad, mientras crea una página web para mantenerse en el ojo público. Una invitación familiar le abre las puertas para regresar a su pueblo natal: el decimoquinto cumpleaños de su sobrina Ana (Martina Juncadella), Erni decide regresar. Para Ana, es tiempo de descubrimientos. Para Erni, es un difícil retorno a sus raíces.

"La idea -explicaba Berneri en entrevista con Cynthia Sabat para Haciendo Cine- nació del trabajo con los actores de "Un año sin amor", de lo que me genera su exposición. A mí me conmueve la forma en que ellos tienen registro del público; son los que ponen el cuerpo en una película, entonces tienen más conciencia de que van a ser vistos. Uno, como director, también se está desnudando, pero siempre está la cámara de por medio, entonces "son sentimientos del personaje, y no de uno". Un actor es más vulnerable. Creo que hay como una crisis de identidad muchas veces en los actores con esta cuestión de ser o no ser reconocido, valorado. El trabajo del actor involucra la mirada de los demás".

"También -añade la realizadora- es una reflexión sobre el trabajo artístico en general. Necesitamos una audiencia que nos diga si está bien o está mal; ese derecho de llamarse "director", "artista", te lo da el otro; el crítico, el público. Si tuviera que definir esta película, diría que trata de la construcción de la identidad a través de la mirada de los demás. Pienso que todos actuamos para un testigo que al final nos dice quienes somos. Es esta cosa de "ser nombrado", que es lo que le falta a Encarnación, no es nombrada: está dejando de ser reconocida de la manera en que lo era, no tiene hijos que la llamen "mamá"; no tiene gente que le esté diciendo quién es en este momento, entonces perdió su camino. Te cuento que nunca me había googleado hasta el momento de Un año sin amor, en que me metí a buscar qué había salido acerca de la película".

Silvia Pérez, que ahora mismo trabaja en el film de Coppola "Tetro", ha visto su carrera revitalizarse gracias a "Encarnación". En el año 1974 ganó el concurso de belleza "Mis siete días". Luego fue "Mis Argentina". Haber ganado los concursos le dio la posibilidad de conseguir trabajo como modelo. Fue modelo hasta 1980. Se inició en la televisión cuando la llamaron para el programa "Frack, Humor para la noche". Estudió teatro con Alberto Ure, Julio Chávez, Carlos Gandolfo y Augusto Fernández. Hizo televisión y teatro, y en la gran pantalla apareció en papeles secundarios en "Los Hijos de López", "La Pulga En La Oreja", "La Discoteca Del Amor" o "El Profesor Punk". Anahí Berneri le dio la oportunidad de ser por primera vez protagonista absoluta de un film.

Así comentaba su experiencia Pérez en Haciendo Cine: "Encarnación" fue un trabajo interno muy intenso. Verla terminada fue como estar en una montaña rusa. Y a medida que fue pasando me fui calmando y entré en la película. Cuando me pude despegar de mí, hubo cosas que me gustaron, no puedo decirte mucho más. Sí te puedo hablar de todo lo que me pasó haciéndola, y que de verdad fue el trabajo más intenso de mi vida. Yo viví el momento: cada día de encuentro con Anahí, desde el día que me llamó para decirme que me había elegido, y aún desde antes, cuando me preparé para el primer casting. Cuando salí de ahí supe que no me había quedado con nada guardado, y que no podía haber hecho más de lo que hice".

"Tenía mucho miedo -agrega la actriz- a la intensidad del trabajo, a poder rendir físicamente y mentalmente, porque sabía que era de una envergadura descomunal (creo que hay sólo una toma donde yo no estoy). Si bien apliqué todo lo que aprendí en mis clases de teatro, puedo decir que a Encarnación la tenía adentro mío. Tuve que pasar por un proceso de entender que yo tenía "mi" Encarnación (por un montón de cosas que me han pasado en la vida), pero que a Encarnación la había escrito Anahí. Hasta que yo no me entregué a eso, no pude relajarme. Ese fue un aprendizaje muy importante para mí. Todo lo que pasaba en la película me era muy conocido".

© Redacción-NOTICINE.com

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