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HOLLYWOOD

Perfil: Heston, el héroe que olvidó sus nombres

6-IV-08

Por Alberto Duque

Cada generación tiene su imagen favorita del actor Charlton Heston, quien acaba de desaparecer en su casa de Beverly Hills, a los 83 años. Quizás como Deborah Kerr y afectado de la misma enfermedad, sin recordar ni saber que era Charlton Heston.

Cada generación: los maduros, los que han visto y repetido y gozado y sufrido esas espectaculares producciones de Holywood que ya casi no se hacen, recordarán siempre a Heston por sus personajes fuertes, invencibles, viriles, auténticos machos, visionarios, rebeldes y emprendedores, personajes que ya no se dan ni en la vida real ni en el cine mismo: Moisés partiendo en dos tajadas las aguas turbulentas del Mar Rojo o descendiendo de las montaña con las tablas de la Ley en auténtico trance; Ben Hur derrotando a su enemigo Mesala en la carrera de aurigas más espectacular de todos los tiempos, con los caballos blancos para el bueno y los negros para el malo; Miguel Angel desafiando todas las leyes del Arte y la Vida al crear sus espectaculares frescos o las estatuas que solo carecían de la palabra; el Cid Campeador, vencedor de los moros en suelo español y dotado de un sentido personal de la eternidad que le permitía seguir ganando batallas aún después de muerto; el oficial de la Marina que enfrenta la rebelión de los boxers en la ciudad prohibida de Pekín en 1900; el astronauta que descubre junto a la vencida estatua de la Libertad que los simios se han apoderado de la tierra; el general Charles Gordon asesinado por los beduinos cerca de la ciudad de Khartoun, y si el espectador maduro prefiere las películas más intelectuales, entonces lo recordará por su personaje del policía mexicano en la frontera, persiguiendo al malo interpretado con sorna, como siempre, por un peligroso Orson Welles.

Cada generación: los más jóvenes seguramente se quedarán con las breves escenas del documental de Michael Moore sobre el peligro de las armas de fuego en la vida cotidiana de Estados Unidos, cuando el investigador llega a la casa de Heston, como presidente de la Asociación Nacional del Rifle, le formula algunas preguntas sobre la necesidad de andar armados y el impacto causado en la sociedad por los asesinatos colectivos que golpearon en abril de 1999 en la escuela Columbine, en Littleton, Colorado. Heston provocó toda clase de reacciones cuando rechazó la cancelación de la asamblea anual de esa Asociación, una semana después de los asesinatos.

En 2002, Michael Moore buscó al actor en su enorme casa de Beverly Hills y le preguntó como podía defender la libertad del uso de armas en Estados Unidos, a la luz de esa y otras matanzas. La entrevista se interrumpió a los pocos minutos.

Heston apareció en más de un centenar de películas, buenas y malas (la mayoría de los espectadores y críticos coinciden en que, al lado de Ronald Reagan con quien compartía una profunda amistad y tendencias políticas, ha sido uno de los peores actores de Hollywood y que solo su físico atlético le proporcionó tantos papeles importantes), ganó un Oscar por su personaje de Ben-Hur y en agosto de 2002 golpeó a millones de admiradores en el mundo antero al anunciar sus primeros síntomas de Alzheimer con sus característicos gestos de humor negro.

Para el ciudadano norteamericano común y corriente, conservador en sus ideas políticas y enemigo de los poderes federales, Heston, dentro y fuera del cine encarnaba los ideales de orgullo, patriotismo, valor e independencia, los mismos que lo llevaron a encarar públicamente al presidente Bill Clinton con un discurso famoso que decía: “Señor Clinton, no confiamos en usted ni en el sistema de salud; no confiamos en usted porque hay homosexuales en las fuerzas armadas; no confiamos en usted porque tenemos hijas de 21 años; no confiamos en usted porque tenemos nuestras armas para defendernos”.

Primero compartió las ideas de los Demócratas (apoyó las campañas del reverendo Martin Luther King); fue presidente del sindicato de actores desde 1966 hasta 1971; su amigo Ronald Reagan lo designó vicepresidente de la Fundación encargada de obtener fondos privados para el apoyo de artistas y creadores; rechazó las acusaciones de algunos sobre un posible y secreto deseo de lanzarse a la política; se marchó a las toldas republicanas cuando los demócratas impidieron que el juez Robert Bork, conservador, fuera elegido para la Corte Suprema en 1987, y criticó al presidente Reagan por ser débil con los liberales de Washington; logró que el álbum “Cop Killer” del rapero Ice T fuera retirado del mercado; en las elecciones de 1996 apoyó a más de 50 candidatos republicanos, los ayudó a ganar y defendió la libertar del uso de armas de fuego para la defensa del ciudadano, con lo cual fue elegido presidente de la Asociación Nacional del Rifle; decía: “He interpretado tres presidentes, tres santos y dos genios. Si eso no produce un problema de ego, entonces qué lo produce”.

Nació el 4 de octubre de 1924 en Evaston, Illinois. Se mudó con su familia a Santa Helena, Michigan, donde el padre manejaba un molino. Tímido y solitario, estudió en una escuela que tenía un solo salón, aprendió a cazar y pescar , y defenderse en la soledad del bosque. Los padres se divorciaron, la madre se volvió a casar, él tomó el apellido de Heston y comenzó a estudiar la carrera que sería su vida, la actuación. En 1944 conoció a quien sería su única esposa, otra estudiante de teatro, Lydia Clarke. Se enroló en la Fuerza Aérea, trabajó como radioperador durante tres años, regresó a Nueva York, no encontró trabajo en el teatro y con su esposa se mudó a Carolina del Norte donde ingresaron a un grupo profesional.

De regreso a Nueva York obtuvo uno de los papeles principales en “Marco Antonio y Cleopatra”, apareció en varios programas y series de televisión, y fue descubierto por el productor Hal B. Wallis quien le abrió las puertas de Hollywood con “Ciudad en sonras / Dark City”, 1950 y dos años más tarde Cecil B. De Mille lo dirigió en “El mayor espectáculo del mundo / El espectáculo más grande del mundo” como el director de mano dura en un circo gigantesco.

Comenzó la carrera de uno de los actores más populares de todos los tiempos que no aceptaba dobles para las escenas de riesgo; que se identificaba profundamente con sus personajes (aprendió a hablar hebreo y memorizó largos paisajes de la Biblia para “Los 10 mandamientos”; practicó durante varios meses la conducción de los carros con caballos para “Ben-Hur”; aprendió a pintar y esculpir para interpretar a Miguel Angel, y así sucesivamente), y quien protagonizó algunas de las películas más taquilleras de todos los tiempos.

Orgulloso de su colección de 30 armas de fuego, cada vez fue aislándose más en los últimos 25 años en su casa de Coldwater Canyon, cerca de Beverñy Hills con su esposa, sus hijos Fraser y Holly Ann, y sus tres nietos. Publicó varios libros, entre ellos “The actor´s life: Journals 1956-1976” y otras memorias. Para sus admiradores fue un auténtico valiente que luchó contra el alcoholismo, el cáncer y en sus últimos años, el mal de Alzheimer que supo identificar con anticipación y al cual manejó como uno de los enemigos de sus películas. Ahora comienzan a surgir innumerables anécdotas sobre su vida cotidiana, algunas marcadas por su pésimo temperamento, reconocido por él mismo, como cuando acepta que durante el rodaje de “Mayor Dundee” con el director Sam Peckinpah, en un momento de ofuscación fue capaz de atacarlo con un sable y tuvo que ser desarmado por sus compañeros de rodaje. Dicen que Peckinpah, amigo de serpientes y escorpiones alcanzó a asustarse ante el ataque de furia de Heston.

Ahí quedan sus películas, buenas y malas además de las superproducciones citadas, “Los 10 mandamientos”, “Ben Hur”, “El planeta de los simios”. Heston fue "Julio Cesar" (1949), dirigida por David Bradley, "Cuando ruge la marabunta / Marabunta" (1954), de Byron Haskin; "El secreto de los incas" (1954), de J. Hopper; "Horizontes azules" (1955), "Sed de mal" (1957), de Orson Welles, "55 días en Pekín" (1963) -con Ava Gardner; "El tormento y el éxtasis / La agonía y el éxtasis" (1965) -basada en la novela de Irving Stone como Miguel Ángel-, "El señor de la guerra" (1965) - Normandía del siglo XI-, "Kartum" (1966) -junto a Laurence Olivier-, "El planeta de los simios"(1968), "Los indomables" -sobre un magnate en Hawai-, "Marco Antonio y Cleopatra", "Los tres mosqueteros" (1974) -como Richelieu, "Aeropuerto 1975", "Terremoto" (1974) entre otras, hasta pasar el centenar.

Aún sus peores detractores tienen que admitir algo: cuando mencionan a Moisés, todos piensan en Charlton Heston, lo mismo con el personaje de Ben Hur, o Miguel Angel, o la tragedia de los simios en el futuro. Inevitable.


En sus propias palabras

“Yo estaba alli cuando el productor intento vender la idea de “El planeta de los simios” por todo Hollywood durante dos anos. Y los de los estudios decian: "De que nos estas hablando? Esto parece de Buck Rogers. Monos que hablan? Naves espaciales? Estas de broma?". Por supuesto, eso era mucho antes de "La guerra de las galaxias" y "Star Trek" y todo eso. Me satisface pensar que "El planeta de..." abrio el camino. Dick Zanuck --y merece todo el credito por ello-- tenia un buen proyecto. Frank Schaffner y yo lo teniamos decidido, y ambos, evidentemente, estabamos muy cotizados en aquella epoca.

Hay un momento en la carrera de un actor o de un director en el que puedes realizar una pelicula simplemente porque tu quieres hacerla. Frank y yo estabamos entonces en ese momento, aunque el no habia hecho aun "Patton", pero si algunas cintas muy buenas, incluyendo "Warlord" ("El senor de la guerra"), que rodamos juntos. Asi que podiamos lograr que nos escucharan, pero no querian saber nada. Parecia una idea tan absurda... Algunos productores creyeron que aquella pelicula no merecia ser llevada al cine”.

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