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HOLLYWOOD

En recuerdo de Sydney Pollack

Por Alberto Duque López (*)

27-V-08

Nos encontramos en varias ocasiones. En Ciudad de México, en 1993, con el lanzamiento de una de sus películas más sólidas, personales y entretenidas, "The Firm", basada en una estupenda novela de John Grisham. Meses más tarde en el amado festival de San Sebastián donde presidió la gala de inauguración con esa misma película. Después en otros escenarios, con otras historias.

En México, hablando en una de las habitaciones del María Isabel Sheraton, hicimos un repaso de su carrera, sus amistad profunda, humana y profesional con Robert Redford con quien filmó algunas de sus películas claves ("Eramos tan felices / Tal como eramos", "Los tres días del Cóndor", "Jeremiah Johnson", "Lejos de Africa / Memorias de Africa" y "El jinete eléctrico"), su apoyo a los directores jóvenes y sobre todo a los que no tenían olfato comercial pero proponían proyectos estupendos, como Anthony Minghella, y sobre todo, hablamos en México y San Sebastián sobre esa conciencia social, esa preocupación permanente por las condiciones del ser humano, dentro y fuera de Estados Unidos, esos personajes perdedores que sabe que ya no tienen oportunidad alguna en la vida y, sin embargo, como en el caso de "El baile de las ilusiones / Danzad, danzad, malditos", cuando los muchachos para comer y dormir y comprarse ropa en plena Depresión participan de una maratón salvaje que acaba con la vida de algunos.

Como la vida y el cine pertenecen a la misma dimensión, a la misma naturaleza de los sueños, la muerte, la soledad y la desesperación, hace pocos días en una madrugada insomne miramos el único documental que filmó y firmó en su carrera, sobre su amigo el arquitecto Frank Gehry, lleno de humor e inteligencia como todo lo que el uno y el otro hacían, y era emocionante mirar a Pollack, uno de los grandes maestros de todos los tiempos, con la cámara en la mano, filmando los gestos del arquitecto que es un poeta (como lo prueba su Guggenheim, en Bilbao, nuestra pausa de cada septiembre antes de llegar a San Sebastián), recordando viejos tiempos y sueños rezagados y pensamos, esa madrugada, que Pollack siempre tuvo el mismo pulso para contar dramas o romances o comedias (su "Tootsie", para algunos su obra maestra), o grandes aventuras, o retratos íntimos como el de Gehry.

Y este comienzo de semana nos golpea la noticia de su muerte, apenas con 73 años de edad, y esperamos que llegue pronto "Quiero robarme a la novia / La boda de mi novia" donde interpretó su último personaje, cuando los críticos siguen afirmando que el verdadero punto de apoyo de los papeles de Tom Cruise y Nicole Kidman en "Ojos bien cerrados / Eyes Wide Shut", infierno de otro soñador grande, Stanley Kubrick, es el personaje interpretado por Pollack, el único que entiende la pesadilla llena de sexo, alcohol, drogas y muerte. Y el personaje inolvidable y reciente de "Michael Clayton", por supuesto, despreciando a la prensa y colocando zancadillas a George Clooney y hundiendo a los demás en la mentira.

A propósito de Clooney, hay que citar sus palabras, hace pocas horas, cuando supo de la desaparición de su amigo, socio, compañero, cómplice y hermano: "Sydney hizo que el mundo fuera un poco mejor, el cine un poco mejor, e incluso las cenas un poco mejores. Vamos a echarlo de menos terriblemente. La vida no podrá seguir siendo la misma".

Entonces, que nos vimos ese 1993 y en la habitación del hotel le preguntamos:

- ¿De dónde le nacen esos sentimientos sociales, esa preocupación por los demás?
A veces recuerdo que soy humano.

- Las ideas políticas en sus películas son directas, claras…
¿Le parece?

- Claro, usted tiene más ideas de izquierda que muchos izquierdistas...
No, se equivoca, nunca he sido de izquierda.

- Pero, tiene ideas socialistas...
Tampoco.

- ¿Le molesta que le diga que es socialista?
Creo que si me dice demócrata, estará más ajustado a la realidad.

- Pocos directores tienen un trasfondo social tan claro como usted.
Trato que mis personajes y mis historias sean humanos, por encima de todo.

- Además, siempre ha trabajado con actores caracterizados por sus ideas sociales.
Puede ser, uno trabaja con quienes comparten ciertos elementos.

- A pesar de ser una de las grandes figuras de Hollywood, haber ganado muchos premios, ser respetado por críticos y espectadores, haber fracasado con algunas de sus películas, conserva sus principios, no los cambia por los halagos de la taquilla, sigue siendo el mismo de sus primeras películas.
Bueno, debo haber cambiado en algo, la vida se cobra siempre algunas cosas.

Varios meses después, no sabemos cómo, recordó nuestro encuentro en México y cuando salíamos de la rueda de prensa en el hotel María Cristina, en San Sebastián, nos sonrió y dijo: "Pensé que iba a preguntar algo sobre ideas socialistas".

Volvió a sonreír y desapareció, rumbo al aeropuerto cercano donde estaba el avión que él mismo pilotaba, lo mismo que sus numerosos coches deportivos.

Adiós a Pollack. Quedan sus películas como productor, guionista, director y actor. Queda la foto grande que nos dedicó. Queda su sonrisa afectuosa de alguien que se sentía feliz cuando le hablaban de lo que más amaba en vida, el cine.

(*): Alberto Duque López, escritor y periodista colombiano, es especialista en Hollywood en NOTICINE.com

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