22-V-08
Piensa el cineasta Steven Soderbergh que la mayoría de los millones de jóvenes que desde hace décadas han lucido la efigie de Ernesto "Che" Guevara en sus camisetas, banderas o chapas sabían muy poco de su vida, y había que contarla. En rueda de prensa al día siguiente de la proyección de su díptico sobre la trayectoria del revolucionario en Cuba y Bolivia, pasando por la ONU, el cineasta norteamericano ha contado la diferente filosofía de estas dos obras, "El argentino" y "Guerrilla"."La primera es una película comercial y la segunda un film de autor. La primera se hizo por el dinero y la segunda por amor al arte", dice.
Todo empezó hace cerca de 8 años, cuando Soderbergh y sus colaboradores, en pleno rodaje de su éxito "Traffic", conocieron la admiración del actor puertorriqueño Benicio del Toro por Guevara, y se plantearon hacer una película sobre la que el realizador califica de "una de las vidas más fascinantes del pasado siglo".
Visitas a Cuba, encuentros con los supervivientes de la Revolución, lectura de sus diarios y otros libros consagrados a sus experiencias... Todo culminó con la participación financiera de productoras de España y Francia en un proyecto que algunos estiman en 80 millones de dólares, ya que en su país nadie estaba dispuesto a poner tanto dinero para la "biopic" de un "anti-americano" tan señalado. De hecho aún el resultado de sus esfuerzos no tiene distribución comercial en Estados Unidos. Las compañías de este país han preferido esperar a la reacción de crítica y público antes de hacer sus pujas. Curiosamente, multinacionales americanas ya la han adquirido para lanzarla en otros mercados internacionales.
Steven Soderbergh está muy satisfecho de haberla rodado en español, a pesar de ser un idioma que no habla: "Cualquier película que refleje la cultura de un determinado país debería hacerse en su idioma. Espero que ahora, finalmente, se llegue a ese punto". No obstante, matiza que su aproximación es sobre todo visual: "Creo que estas películas deberían poder funcionar sólo con las imágenes. Que tengan sentido sólo con la historia filmada. Para mí hay un momento en el que el lenguaje no es tan importante como la historia. Es una cuestión de emoción".
El realizador ha contado que el proyecto inicial se centraba en la campaña boliviana del "Che", pero "creí que el público necesitaba saber qué pasó antes en Cuba, ya que si él pensó en algún momento que su Revolución podía triunfar en Bolivia fue porque había funcionado en la isla. Las probabilidades podían ser similares en un principio".
Benicio del Toro, por su parte, explica que tuvo la ocasión de charlar con Fidel Castro (el original, no el mexicano Demián Bichir, quien le presta su físico en la película) antes de rodar la cinta, durante cinco minutos: "Conocía el proyecto. Sabía lo que hacíamos y me dijo que estaba feliz de que dedicáramos tanto tiempo a investigar sobre ese período histórico. Me gustaría que viera ahora la película y escuchar sus comentarios, ya que nadie conoció mejor que él, pienso, al "Che".
No tanta suerte tuvo Soderbergh, quien confiesa con humor que esperó una llamada del ahora ex presidente cubano: "Estuve cinco veces en Cuba. Castro ha convertido en legendarias sus llamadas a las dos de la madrugada... pero a nosotros nunca nos llamó", y en el mismo tono confiesa que "quizás ahora no sobreviva a las dos películas juntas, no se...".
El Fidel cinematográfico, la víspera, había tenido la oportunidad de conocer en persona a un miembro señero del público en la première, Diego Armando Maradona, y ha contado que el ex futbolista le saludó diciéndole "¡Felicidades, Fidel!". El "pibe" se había fotografiado en las escaleras con otro deportista, también "documentalizado" en esta edición del festival, Mike Tyson, quien coincide con él en tener tatuado en su cuerpo una efigie del "Che".
Precisamente la presencia en el Palais de famosos admiradores del guerrillero argentino-cubano es una buena prueba de la vigencia de su mito: de Madona a Maradona, de Eva Herzigova a Naomi Campbell, de Sean "Diddy" Combs a Sharon Stone... Todos ansiosos por meterse entre pecho y espalda cuatro horas y media de cine... más un ratito para comer el sandwich.
© E.E. (Cannes)- NOTICINE.com / Foto: Reuters
Piensa el cineasta Steven Soderbergh que la mayoría de los millones de jóvenes que desde hace décadas han lucido la efigie de Ernesto "Che" Guevara en sus camisetas, banderas o chapas sabían muy poco de su vida, y había que contarla. En rueda de prensa al día siguiente de la proyección de su díptico sobre la trayectoria del revolucionario en Cuba y Bolivia, pasando por la ONU, el cineasta norteamericano ha contado la diferente filosofía de estas dos obras, "El argentino" y "Guerrilla"."La primera es una película comercial y la segunda un film de autor. La primera se hizo por el dinero y la segunda por amor al arte", dice.
Todo empezó hace cerca de 8 años, cuando Soderbergh y sus colaboradores, en pleno rodaje de su éxito "Traffic", conocieron la admiración del actor puertorriqueño Benicio del Toro por Guevara, y se plantearon hacer una película sobre la que el realizador califica de "una de las vidas más fascinantes del pasado siglo".
Visitas a Cuba, encuentros con los supervivientes de la Revolución, lectura de sus diarios y otros libros consagrados a sus experiencias... Todo culminó con la participación financiera de productoras de España y Francia en un proyecto que algunos estiman en 80 millones de dólares, ya que en su país nadie estaba dispuesto a poner tanto dinero para la "biopic" de un "anti-americano" tan señalado. De hecho aún el resultado de sus esfuerzos no tiene distribución comercial en Estados Unidos. Las compañías de este país han preferido esperar a la reacción de crítica y público antes de hacer sus pujas. Curiosamente, multinacionales americanas ya la han adquirido para lanzarla en otros mercados internacionales.
Steven Soderbergh está muy satisfecho de haberla rodado en español, a pesar de ser un idioma que no habla: "Cualquier película que refleje la cultura de un determinado país debería hacerse en su idioma. Espero que ahora, finalmente, se llegue a ese punto". No obstante, matiza que su aproximación es sobre todo visual: "Creo que estas películas deberían poder funcionar sólo con las imágenes. Que tengan sentido sólo con la historia filmada. Para mí hay un momento en el que el lenguaje no es tan importante como la historia. Es una cuestión de emoción".
El realizador ha contado que el proyecto inicial se centraba en la campaña boliviana del "Che", pero "creí que el público necesitaba saber qué pasó antes en Cuba, ya que si él pensó en algún momento que su Revolución podía triunfar en Bolivia fue porque había funcionado en la isla. Las probabilidades podían ser similares en un principio".
Benicio del Toro, por su parte, explica que tuvo la ocasión de charlar con Fidel Castro (el original, no el mexicano Demián Bichir, quien le presta su físico en la película) antes de rodar la cinta, durante cinco minutos: "Conocía el proyecto. Sabía lo que hacíamos y me dijo que estaba feliz de que dedicáramos tanto tiempo a investigar sobre ese período histórico. Me gustaría que viera ahora la película y escuchar sus comentarios, ya que nadie conoció mejor que él, pienso, al "Che".
No tanta suerte tuvo Soderbergh, quien confiesa con humor que esperó una llamada del ahora ex presidente cubano: "Estuve cinco veces en Cuba. Castro ha convertido en legendarias sus llamadas a las dos de la madrugada... pero a nosotros nunca nos llamó", y en el mismo tono confiesa que "quizás ahora no sobreviva a las dos películas juntas, no se...".
El Fidel cinematográfico, la víspera, había tenido la oportunidad de conocer en persona a un miembro señero del público en la première, Diego Armando Maradona, y ha contado que el ex futbolista le saludó diciéndole "¡Felicidades, Fidel!". El "pibe" se había fotografiado en las escaleras con otro deportista, también "documentalizado" en esta edición del festival, Mike Tyson, quien coincide con él en tener tatuado en su cuerpo una efigie del "Che".
Precisamente la presencia en el Palais de famosos admiradores del guerrillero argentino-cubano es una buena prueba de la vigencia de su mito: de Madona a Maradona, de Eva Herzigova a Naomi Campbell, de Sean "Diddy" Combs a Sharon Stone... Todos ansiosos por meterse entre pecho y espalda cuatro horas y media de cine... más un ratito para comer el sandwich.
© E.E. (Cannes)- NOTICINE.com / Foto: Reuters
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